Santo Domingo.- La comisión de Salud Pública que investigó la muerte de seis niños a causa de un brote infeccioso desatado en el área de cuidados intensivos neonatal del Hospital Infantil Robert Reid Cabral, concluyó ayer que en el mes de junio 2009 en esa unidad se registró una tasa de mortalidad general de un 29.5%, con un total de 29 defunciones de 98 pacientes ingresados.
Sin embargo, el director del hospital, Emilio Mena Castro, argumentó que la mayoría de los infantes padecía malformaciones congénitas, problemas de prematuridad y bajo peso, y factores de riesgos relacionados con situaciones con las que los pacientes llegan a ese centro.
El informe sobre la situación de la Unidad de Neonatología del hospital infantil, dado a conocer ayer en rueda de prensa encabezada por Mena Castro, indica que el porcentaje de infección intrahospitalaria sólo alcanzó el 3%.
Señala que de acuerdo con los datos aportados por el sistema de vigilancia de la mortalidad infantil, durante el período enero-junio de este año fueron admitidos en las referidas áreas de ese hospital 579 recién nacidos, de los cuales fallecieron 132, para una tasa de mortalidad neonatal acumulada del 22.7 por ciento.
El resultado del estudio establece que el hemocultivo al ingreso mostró crecimiento bacteriano en cinco pacientes. En uno de los casos, se identificó una klebsiella terrígena, y en otro, un recién nacido prematuro, procedente del Subcentro de Engombe, creció un enterococcus faecalis.
Otro caso fue el de un prematuro de extremo bajo peso en cuyo hemocultivo se detectó una levadura (sepsis por micosis). De acuerdo con el informe, este pacientes estuvo ingresado desde su nacimiento, bajo ventilación mecánica, durante 16 días, en la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, y en el hospital duró apenas dos horas.
El cuarto paciente fue un recién nacido con una atresia esofágica y neumonía en quien también se identificó, desde su ingreso, una Klebsiella terrígena. Este infante también había sido atendido en el hospital San Vicente de Paúl de San Francisco de Macorís y permaneció en el Robert Reid menos de 24 horas.
Los controles ulteriores identificaron a tres pacientes cuyos hemocultivos mostraron crecimiento de bacteria después de ingresados.
Malformaciones y bajo peso
La comisión que tuvo a su cargo la investigación de las muertes indica que el 41.3% de los fallecidos ingresó al hospital por presentar malformaciones congénitas entre las que se incluyen cardiopatía, atresia intestinal y esofágica, defecto tubo neural, espina bífida, microcefalia, malformación arteria-venosa.
Agrega que el 31% era prematuro de bajo peso, incluyendo dos de extremo bajo peso. Los demás mostraban patologías diversas, con diferentes grados de severidad al momento de su ingreso.
Sostiene que la mortalidad ajustada correspondiente a los pacientes fallecidos después de las 48 horas de admisión fue de 17.3%.
El informe presentado fue elaborado por un equipo multidisciplinario de funcionarias de Sespas, del hospital Robert Reid Cabral y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).Entre las especialistas que intervinieron en la elaboración del documento figuran las doctoras Altagracia Méndez, Luz Mireya Jiménez y Jacqueline Sánchez, jefas de Epidemiología, de la Unidad de Recién Nacidos y del Laboratorio de Microbiología del referido centro asistencial, respectivamente.
Además, la epidemióloga Yajaira Valerio, de la Dirección General de EpÏdemiología y Ramona Núñez, coordinadora del Sistema Nacional de Vigilancia Infantil.
Mena Castro insistió en que la muertes de niños que se produjeron en junio pasado en el hospital de referencia Robert Reid Cabral no excedieron el promedio habitual ni obedecieron a una contaminación en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro asistencial, como se había denunciado. “Queremos garantizarle a la ciuddanía pobre que viene a este hospital, que no tienen a donde ir, que aquí les ofrecemos las atenciones que ellos demandan con la calidad técnica y el componente humano necesario”.
